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martes, 9 de mayo de 2017

¿QUE ES EL evangelio de la prosperidad?"

¿QUE ES EL  evangelio de la prosperidad?"

Respuesta: 
En el evangelio de la prosperidad, también conocido como la religión de la “Palabra de Fe,” se le dice al creyente que utilice a Dios, mientras que la verdad del cristianismo bíblico es justamente lo opuesto – Dios utiliza al creyente. La Palabra de Fe, o la teología de la prosperidad, ve al Espíritu Santo como un poder para ser utilizado de la manera que el creyente lo desee. La Biblia enseña que el Espíritu Santo es la Persona que habilita al creyente para que haga la voluntad de Dios. El movimiento del evangelio de la prosperidad, es muy parecido a algunas de las sectas de destructiva avaricia que se infiltraron en la iglesia primitiva. Pablo y los otros apóstoles nunca consintieron en adaptarse o conciliarse con los falsos maestros que propagaban tal herejía. Ellos los identificaron como peligrosos falsos maestros y urgían a los cristianos a huir de ellos.

Pablo previno a Timoteo acerca de las “disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia. . . Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6:59-11).

Pablo dijo que la avaricia es idolatría (Efesios 5:5) y previno a los efesios para que evitaran a cualquiera que llevara un mensaje de inmoralidad o avaricia (Efesios 5:6-7). La enseñanza de la prosperidad prohíbe que Dios trabaje por Él mismo, significando que Dios no es Señor de todo, porque Él no puede trabajar hasta que nosotros le permitamos hacerlo. La fe, de acuerdo con la doctrina de la Palabra de Fe, no es una confianza sometida a Dios; la fe es una fórmula por medio de la cual manipulamos las leyes espirituales que los maestros de la prosperidad creen que gobiernan el universo. Como lo implica el nombre “Palabra de Fe,” este movimiento enseña que la fe tiene que ver más con lo que digamos, que en quién confiamos o qué verdades adoptamos y afirmamos en nuestros corazones. 

Un término favorito en el movimiento de la Palabra de Fe, es la “confesión positiva.” Se refiere a la enseñanza de que las palabras tienen un poder creativo. Lo que digas, afirman los maestros de Palabra de Fe, determina todo lo que te suceda. Tus confesiones, especialmente los favores que demandes a Dios, deben ser declarados positivamente y sin titubeos. Entonces, Dios es requerido a responder (¡como si el hombre pudiera exigirle algo a Dios!). De esta manera, la habilidad de Dios para bendecirnos depende supuestamente de nuestra fe. 

Santiago 4:13-16 claramente contradice esta enseñanza, “¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala.”

Lejos de enfatizar la importancia de la riqueza, la Biblia nos advierte acerca de buscarla. Los creyentes, especialmente los líderes en la iglesia (1 Timoteo 3:3), deben estar libres del amor al dinero (Hebreos 13:5). El amor al dinero conduce a toda clase de maldad (1 Timoteo 6:10). Jesús advirtió, “Mirad, guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee." (Lucas 12:15). En agudo contraste al énfasis de la Palabra de Fe sobre ganar dinero y posesiones en esta vida, Jesús dijo “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.” (Mateo 6:19). La irreconciliable contradicción entre la enseñanza del evangelio de la prosperidad y el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, está bien sintetizada en las palabras de Jesús en Mateo 6:24, “No podéis servir a Dios y a las riquezas.”

¿Es pecado es el re casamiento?"

¿Es pecado es el re casamiento?"

Respuesta: 
En primer lugar, no importa el punto de vista que tome en el asunto del divorcio, es importante recordar las palabras de la Biblia de Malaquías 2:16ª: “Yo aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR Dios de Israel”. De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso de toda la vida. “Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mateo 19:6 NVI). Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, más no porque fueran el deseo de Dios (Mateo 19:8).

La controversia de si el divorcio y el segundo casamiento son permitidos de acuerdo con la Biblia, gira principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mateo 5:32 y 19:9. La frase “excepto en caso de infidelidad conyugal” es lo único en la Escritura, que posiblemente da el permiso de Dios para el divorcio. Muchos intérpretes entienden esta “cláusula de excepción” como refiriéndose a “infidelidad conyugal” durante el período de “desposorio”. En la costumbre judía, un hombre y una mujer se consideraban casados, aún mientras todavía estaban comprometidos, es decir, “prometidos”. La inmoralidad durante este período de “desposorio” debería entonces ser la única razón válida para un divorcio.

Sin embargo, la palabra griega traducida como “infidelidad conyugal” es una palabra que puede significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución, adulterio, etc. Posiblemente Jesús está diciendo que el divorcio es lícito, si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones sexuales como tales son una parte integral del vínculo marital “y serán una sola carne” (Génesis 2:24Mateo 19:5Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio. Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase “y se casa con otra” (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante notar que solamente a la parte inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo casamiento después de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido pecado, no para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde a la “parte culpable” se le permite volver a casarse – pero tal concepto no es enseñado en este texto.

Algunos entienden 1ª Corintios 7:15 como otra “excepción”, que permite el segundo casamiento si un cónyuge incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el contexto no menciona el segundo casamiento, sino que solamente dice que un creyente no está limitado a continuar un matrimonio, si un cónyuge no creyente quiere abandonarlo. Otros demandan que el abuso a cónyuge o hijo son razones válidas para el divorcio, aunque no están listadas como tales en la Biblia. Aunque éste, bien pudiera ser el caso, nunca es sabio suponer sobre la Palabra de Dios.

Algunas veces, perdidos en la discusión sobre la cláusula de excepción, está el hecho de que lo que quiera que signifique “infidelidad marital”, ésta es un permiso para el divorcio, no un requisito para el mismo. Aún cuando se haya cometido adulterio, una pareja puede por medio de la gracia de Dios aprender a perdonar, y comenzar a reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado mucho más. Con seguridad podemos seguir Su ejemplo y aún perdonar el pecado del adulterio (Efesios 4:32). Sin embargo, en muchas instancias, un cónyuge es impenitente y continúa en inmoralidad sexual. Posiblemente ahí es donde Mateo 19:9 puede ser aplicado. Muchos también cuentan demasiado rápido con el segundo casamiento después de un divorcio, cuando el deseo de Dios sería que permanezcan solteros. Algunas veces Dios invita a una persona a permanecer soltera, de manera que su atención no sea dividida (1ª Corintios 7:32-35). El segundo casamiento después de un divorcio puede ser una opción en algunas circunstancias, pero eso no significa que esta es la única opción.

Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesos sea casi tan alto como el del mundo incrédulo. La Biblia deja meridianamente claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la vida de un creyente (Lucas 11:4Efesios 4:32). Sin embargo, Dios reconoce que el divorcio se va a dar aún entre Sus hijos. Un creyente divorciado o vuelto a casar no debería sentirse menos amado por Dios, aún si su divorcio o segundo matrimonio no estuvieran cubiertos bajo la posible cláusula de excepción de Mateo 19:9. Dios a menudo utiliza aún la desobediencia pecaminosa de los cristianos para llevar a cabo una gran cantidad de cosas buenas.

¿somos , salvo, siempre salvos?

¿somos , salvo, siempre salvos?

Respuesta: 
¿Una vez que una persona es salva, es siempre salva? Cuando alguien llega a conocer a Cristo como su Salvador, es introducido en una relación con Dios que garantiza una salvación eternamente segura. Numerosos pasajes de la Escritura declaran este hecho. 

(a) Romanos 8:30 declara, “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. Este versículo nos dice que desde el momento en que Dios nos escogió, es como si fuéramos glorificados, porque Dios ya lo tiene propuesto en el cielo. No hay nada que impida al creyente ser glorificado un día, porque Dios ya lo ha propuesto en el cielo. Una vez que una persona es justificada, su salvación está garantizada – está tan seguro como si ya estuviera glorificado en el cielo.

(b) En Romanos 8:33-34, Pablo hace dos preguntas cruciales, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. ¿Quién va a presentar cargos contra los elegidos de Dios? Nadie, porque Cristo es nuestro abogado. ¿Quién va a condenarnos? Nadie, porque Cristo, Aquel que murió por nosotros, es el que condena. Tenemos como nuestro Salvador al abogado y al juez.

(c) Los creyentes son nacidos de nuevo (regenerados) cuando creen (Juan 3:3Tito 3:5). Porque un cristiano tendría que ser un empedernido para que pierda su salvación. La Biblia no da evidencia de que el nuevo nacimiento pueda ser quitado. 

(d) El Espíritu Santo mora en todos los creyentes (Juan 14:17Romanos 8:9) y bautiza a los creyentes en el cuerpo de Cristo (1ª Corintios 12:13). Para que un creyente se vuelva no salvo, el Espíritu Santo “no tendría que estar morando” en él, y tendría que estar desligado del Cuerpo de Cristo.

(e) Juan 3:15 declara que todo el que cree en Jesucristo “tiene vida eterna”. Si usted cree en Cristo hoy y tiene vida eterna, pero la pierde mañana, entonces ésta del todo nunca fue “eterna”. Por lo tanto, si pierde su salvación, las promesas de la vida eterna de la Biblia serían un error.

(f) Pienso que el argumento más decisivo, se encuentra en la Escritura misma “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39). Recuerde que el mismo Dios que le salvó, es el mismo Dios que lo va a guardar. Una vez que somos salvos, somos siempre salvos. ¡En definitiva, nuestra salvación es eternamente segura!

¿Quiénes fueron los doce (12) discípulos / apóstoles de Jesucristo?

¿Quiénes fueron los doce (12) discípulos / apóstoles de Jesucristo?

Respuesta: 
La palabra “discípulo” significa “aprendiz” o “seguidor”. La palabra “apóstol” se refiere a “uno que es enviado”. Mientras Jesús estuvo en el mundo, los doce fueron llamados discípulos. Los 12 discípulos siguieron a Jesucristo, aprendieron de Él, y fueron entrenados por Él. Después de la resurrección y ascensión de Jesús, Él envió fuera a sus discípulos para convertirse en Sus testigos (Mateo 28:18-20Hechos 1:8). Entonces ellos fueron conocidos como los doce apóstoles. Sin embargo, aún cuando Jesús aún estaba todavía en el mundo, los términos “discípulos” y apóstoles” fueron utilizados indistintamente, mientras eran entrenados y enviados por Jesús.

Los doce discípulos / apóstoles originales están registrados en Mateo 10:2-4, “Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó.” La Biblia también nombra a los 12 discípulos / apóstoles en Marcos 3:16-19 y Lucas 6:13-16. Comparando estos tres pasajes, hay un par de pequeñas diferencias en los nombres. Parece que Tadeo también era conocido como “Judas, hermano de Jacobo” (Lucas 6:16) y Lebeo (Mateo 10:3). Simón el Zelote también era conocido como Simón el cananita (Marcos 3:18). Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús, fue reemplazado por Matías entre los doce apóstoles (ver Hechos 1:20-26). Algunos maestros bíblicos “invalidaron” a Matías como miembro de los 12 apóstoles, y en su lugar creyeron que el apóstol Pablo fue elegido por Dios para reemplazar a Judas Iscariote como el doceavo apóstol.

Los doce discípulos / apóstoles fueron hombres ordinarios, a quienes Dios utilizó de una manera extraordinaria. Entre los 12 había pescadores, un cobrador de impuestos y un revolucionario. Los Evangelios registran las constantes caídas, luchas y dudas de estos doce hombres que siguieron a Jesucristo. Después de ser testigos de la resurrección y ascensión de Jesús al Cielo, el Espíritu Santo transformó a los discípulos / apóstoles en poderosos hombres de Dios, quienes “trastornaron al mundo entero” (Hechos 17:6). ¿Cuál fue el cambio? Los 12 apóstoles / discípulos “habían estado con Jesús” (Hechos 4:13). ¡Ojalá se diga lo mismo de nosotros!