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lunes, 10 de noviembre de 2014

CUAL FUE EL PECADO DE JEZABEL?

Esta pregunta me la han hecho muchos creyentes,algunos con conocimiento preconcebido y fuera de lugar.
Argumentando que su pecado era que seducia a los hombres ,y que se pintaba o sea se maquillaba su rostro.

Humildemente,les contestare,fundamentado en las escrituras:
Apocalipsis 2:20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a  ( fornicar) y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
esta palabra fornicar en este contexto lo que significa ,una adoracion a otros dioses (a los baales),no a fornicar sexualmente,ya que ella era esposa del Rey. y no era posible serle infiel.

Ese era su mayor pecado,desviar de la verdad a los israelitas.

ESPERO, HABER ARROJADO LUZ, A ESTE TEMA.

SHALOM,ADONAY.!

USOS Y COSTUMBRES, DEL PUEBLO JUDIO.

POR PEDRO GARCIA.
LA VIDA DOMESTICA Los patriarcas, Abraham y los demás, eran semi nómadas. Vivían en tiendas y se trasladaban de un lugar a otro con sus manadas y rebaños en busca de pasto y de agua fresca. Su vida era muy similar a la de los beduinos de hoy en día. Pero después del Éxodo el pueblo de Israel se asentó en la Tierra Prometida.

Y desde entonces, a través de los diversos cambios políticos, la aparición de reyes y la división del reino, la vida de la gente común varió muy poco. La vida domestica estaba centrada en el hogar, el cual era construido para llenar las exigencias del clima y los límites impuestos por el status social.

 Durante la mayor parte de año el clima era seco y caliente, solamente interrumpido por las lluvias tempranas del otoño y las tardías de primavera. El agua escaseaba, principalmente en la zona meridional, de poca precipitación. Por ello las casas se construían dotándolas del máximo frescor posible, tratando de minimizar en lo que se podía el consumo de agua.

Los pobres vivían en casas de un solo aposento construidas de adobe sobre cimientos de piedra y, posteriormente, de tierra caliza. El techo plano ofrecía espacio para el almacenamiento y servía de azotea, llegándose hasta él por medio de una escalera exterior.
 Las ventanas eran pequeñas, apenas una rendija, o aperturas tapadas con celosías que impedían la entrada de cualquier intruso, pero admitían la luz del día y el interior de la casa era fresco y sombreado. Una plataforma levantada en un extremo proveía el espacio para cocinar y para dormir, y el resto del suelo de tierra servía para almacenar las grandes tinajas y utensilios, inclusive el molino de mano, con capacidad además para el cobijo de los animales.

 Los ricos tenían casas construidas con piedra labrada y con las ventanas provistas de rejas metálicas. Algunos construían sus casas de varios pisos, mientras que otros edificaban horizontalmente para permitir uno o más patios, muchos de los cuales tenían atractivos jardines. Los beduinos del desierto eran los más pobres, pues vivían en carpas hechas con piel de cabra, tradicionales desde los tiempos de Abraham.

Dentro de la habitación los pobres se sentaban y dormían en esteras, iluminados por una lámpara de aceite. Por su parte los ricos se sentaban frente a una mesa, dormían en camas y eran atendidos por criados, quienes les servían vino y manjares mientras sonaba música de fondo. Pero los pobres debían conformarse con leche de cabra, aceitunas y pan de cebada, que era su dieta acostumbrada.


 CLASES SOCIALES:

 En el aspecto socio económico, en la época de Jesús por lo general no existía la clase media. Sólo habían dos estratos sociales, sin tomar en cuenta a los esclavos: los ricos y los pobres. Los ricos eran pocos en número, pero muy poderosos.

 Eran conservadores en temas religiosos y también en los asuntos políticos. Generalmente pertenecían al grupo de los saduceos, quienes eran los grandes comerciantes y terratenientes.

 Varios de ellos eran ancianos, miembros del Sanedrín. Los sacerdotes jefes de familia eran integrantes de la aristocracia de Jerusalén, y pertenecían a unas dieciséis familias aproximadamente. Era gente muy rica, con los grandes ingresos y poder que producía una religiosidad y culto montados en relación al Templo.

Eran además los principales administradores del tesoro, y esta administración llevaba un dominio usufructual, pues se aprovechaban de todas sus rentas. También las familias de los Sumos Sacerdotes se encontraban entre las más ricas del país. Sin embargo, la mayor parte de la población estaba compuesta por gente pobre, entre quienes se encontraban: Jornaleros: Asalariados que ganaban el sustento con su trabajo.

Se les pagaba un denario más la comida, por cada día de trabajo de sol a sol. Escribas: No tenían un oficio concreto ni ejercían el comercio. Como la enseñanza de la Ley debía ser gratuita, estos escribas eran generalmente pobres y vivían de las ayudas que recibían de sus seguidores, de la hospitalidad espontánea que les ofrecían, y de las invitaciones a tomar parte en los banquetes celebrados en otras casas.

El Evangelio dice acerca de ellos: "Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puesto s en los banquetes, y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia má s rigurosa" (Marcos 12:38-40). Esclavos: La mayoría de ellos estaban en el palacio de Herodes y venían a ser como criados domésticos no libres. Los judíos solo podían ser esclavos durante seis años, y si el dueño no era judío, el esclavo debía ser rescatado por sus parientes.

El servicio de esclavo n o era considerado deshonroso; inclusive el jornalero vivía de forma mucho más insegura que el propio esclavo. Mendigos: Jerusalén era ya en tiempos de Jesús un centro de mendicidad. Los mendigos se concentraban en torno al Templo y vivían de la limosna de la gente piadosa. La limosna era una de las tres prácticas fundamentales de la piedad judía, junto con la oración y el ayuno. "Am ha"aretz": Así se denominaba al pueblo de la tierra ,

 los campesinos, quienes eran considerados por los sacerdotes como ignorantes de la Ley e incapaces de cumplirla. La clase media prácticamente no existía, y la poca que había estaba concentrada en Jerusalén. Pertenecían a ella pequeños comerciantes, artesanos propietarios de sus talleres, y los dueños de las hospederías de Jerusalén.


 LA ALIMENTACION

La familia campesina tenía que trabajar arduamente para poder vivir. El hombre labraba el campo mientras que la mujer y los niños se encargaban de los quehaceres domésticos, sacando agua del pozo del pueblo antes de que calentara el día, con un balde hecho de cuero de cabra o en tinajas. Luego escogían la semilla para eliminar así cualquier partícula contaminada.
Mientras algunas semillas eran colocadas en una lamina de metal caliente, la mayor parte se trituraba en el molino de mano y se formaban tortillas que eran cocidas en hornos de barro.
 El pan crecía en tamaño al añadirle parte de una masa con levadura, preparada el día anterior.

 LA VESTIMENTA

La vestimenta estaba condicionada por el clima. Se usaban mantos largos y holgados para mantenerse fresco, pero el tipo de tela lo determinaba la riqueza y el estatus social de cada persona.
El campesino usaba un delantal o una túnica, y manto. La túnica del hombre era blanca y llegaba hasta la rodilla, de manera que para trabajar o correr había de recogerla alrededor de la cintura, lo cual se conocía como ceñirse los lomos.
La túnica de la mujer era parecida, pero más adornada y colorida. El manto externo era largo y de lana, con franjas alternadas de tonos color café, partido desde los hombros hasta los brazos.
 Como la mayoría de los telares judíos median tan solo un metro de ancho, se cosían juntos dos pedazos de tela para así poder lograr la longitud deseada.

 La túnica inconsútil de Jesús fue la excepción. Los ricos podían darse el lujo de poseer telas teñidas en brillantes colores, y usaban una chaqueta corta encima de la túnica.
 A menudo la ropa era la señal de la profesión de la persona. El calzado del pobre, si lo tenía, era una suela de cuero atada al tobillo por una faja que pasaba entre los dedos de los pies.

 Si se era más pudiente podía usarse zapatillas de cuero. Como había que proteger del sol la cabeza, se usaba un turbante o una tela cuadrada sujetada a la cabeza con un cordón.
 Los pobres no tenían qué ponerse para dormir. Simplemente se aflojaban el cinturón y se envolvían en el manto.

 VIDA LABORAL

Los israelitas vivían principalmente como una comunidad agrícola, por lo cual su trabajo se relacionaba básicamente con la agricultura, o con algún tipo de trabajo manual artesano domestico común. Había cuatro tipos de trabajos básicos en la época de Je sús que eran llevados a cabo por la gente sencilla:

Agricultura: Era la ocupación más importante. Cuando las lluvias tempranas del otoño suavizaban la tierra se hacían eras con un sencillo arado de madera tirado por un buey. La semilla se esparcía a mano y las lluvias tardías de la primavera producían la cosecha.
 Para cosechar se arrancaba la planta de cuajo, o si no, se cortaban los tallos con un a hoz de madera en cuyo filo había aristas cortantes. Se llevaba el grano a un piso duro de tierra nivelada, llamado desgranador, en donde por las pisadas de los bueyes se separaba el grano de la paja. Cuando soplaba la brisa de la tarde se aventaba el grano con un gran tridente.
El viento se llevaba la paja liviana, que posteriormente era recogida y amarrada para servir de combustible en los hornos caseros. Se finalizaba la tarea mediante el uso de una pala, que también removía el polvo. Luego el grano puro se medía y se empacaba para su uso o venta. Otras cosechas importantes eran las uvas, las aceitunas y los higos.
 Las uvas se pisaban en un lagar y se fermentaba el jugo para preservarlo y elaborar posteriormente el vino. Las aceitunas se majaban también para elaborar el aceite, elemento indispensable para la cocina, las lámparas, la medicina y la limpieza.

Pesca:

En tiempos del Antiguo Testamento se pescaba poco y, además, los israelitas no eran buenos marineros, de manera que la pesca se limitaba a unos pocos ríos y lagos, en especial el lago de Galilea. Pero ya en tiempos de Jesús florecía la industria pesquera en Galilea.

 En el lago abundaba la pesca, de tal manera que era posible atrapar los peces con solo lanzar un círculo con pesas, o bien una red desde la ribera y luego recogerla hacia la playa. El procedimiento más corriente era el de suspender entre dos barcas una red barredera con pesas abajo y corchos por encima, atrapando así el pescado en un círculo de redes en medio del lago, o si no arrastrándolo hacia la playa para atraparlos en los bajíos.
Parte de la pesca se vendía enseguida y el resto se salaba para su conservación. También se pescaba con arpón y aún con canas y cuerdas. La tarea podía ser peligrosa porque a menudo se levantaban tormentas sin previo aviso, las cuales eran causadas, la mayoría de las veces, por los vientos fríos que bajaban de las laderas nevadas del Monte Hermón, o en otras ocasiones por las corrientes de agua caliente provenientes del lago, que se mezclaban con el aire fresco que cruzaba las colinas cercanas al Mediterráneo.


Pastoreo:

Desde los primeros tiempos el trabajo de pastoreo era también muy importante. Como el pastor tenía que alimentar y también proteger a su rebaño, viajaba largas distancias, especialmente durante el caluroso verano.
Todas las noches debía contar el rebaño y se acostaba en la puerta del corral, a la que denominaban la puerta de las ovejas. Debía mantener una vigilancia constante por razón de los animales salvajes que aparecían en los bosques del Valle del Jordán, especialmente chacales y leones.
El pastor normalmente tenía a su cargo un rebaño mixto de cabras y ovejas. A las cabras tenía que arrearlas, pero las ovejas iban detrás del pastor.
Tanto la lana como el pelo de la cabra se usaban para fabricar ropa. Además las cabras también daban leche, y juntamente con el queso y la carne, tanto de ovejas como de cabras, se con virtió en una importante fuente de ingresos para el pastor. Artesanía:
 Aún en tiempos primitivos se practicaba todo tipo de artesanía doméstica. El carpintero fabricaba y reparaba implementos agrícolas tales como arados, rastrillos y desgranadores, y también elaboraba los muebles básicos del hogar. Pero había poca madera, ya que no abundaban los árboles en aquella zona. El albañil sacaba la piedra caliza que constituye la base del suelo de Palestina, dándole la forma necesaria para las construcciones. El alfarero usaba la arcilla para crear utensilios caseros, para lo cual empleaba un torno manual o que funcionaba con los pies, y un horno primitivo.
El curtidor también tenía una ocupación importante, pero trabajaba fuera del pueblo, junto a algún rio, por motivo del olor. Allí elaboraba sandalias, cinturones y también los odres de cuero de cabra que se usaban para transportar agua, vino o aceite.
 COSTUMBRES Y VIDA SOCIAL

 Había tres fechas, aparte de las religiosas, que predominaban en la memoria de cualquier familia israelita: el día del nacimiento, el del matrimonio y el de la muerte. Nacimiento:
 En Israel siempre se veía la esterilidad como una calamidad, y se era feliz en proporción al número de hijos que se tenía, especialmente si é stos eran varones. Cuando nacía el primogénito, la madre pasaba a ser la madre de … en lugar de la hija de …
Una hija no era tan bienvenida por su posición subordinada. Era una ventaja para la familia sólo como trabajadora.
Al nacer se frotaba al recién nacido con sal para afirmar su piel, y se le envolvía en pañales para que crecieran bien sus miembros. Se le ponía un nombre escogido cuidadosamente de antemano, el cual indicara previamente alguna cualidad moral o física que se presumía iba a caracterizarle en el transcurso de su vida. El varón era circuncidado a los ocho días y el primogénito era redimido un mes después de su nacimiento mediante su presentación en el Templo y una ofrenda al sacerdote. No era destetado sino hasta los dos o tres años de edad.
Matrimonio:

Los matrimonios los arreglaban los padres ya que era deber de todos el casarse. Como la novia constituía una ventaja laboral, los futuros suegros debían pagar un precio o dote por ella a sus padres. Lo primero de todo era una ceremonia formal de firma del compromiso, con intercambio de regalos. Llegada la tarde del día de la boda, el novio y sus amigos hacían una procesión hasta la casa de la novia, en donde ella y su familia les esperaban.
 La pareja recibía la bendición y entonces el novio llevaba a su esposa por las calles del pueblo hasta su propia casa, mientras los in vitados se alineaban en las orillas de las calles con antorchas encendidas. Luego seguía una gran fiesta que podía durar hasta una semana
. Muerte:
Una muerte en la familia daba inicio a un ceremonial de luto muy complicado. Se pagaba a plañideras profesionales para los lloros y lamentos del caso. En un clima tan caliente había que enterrar el cuerpo del muerto antes de las 24 horas posteriores al fallecimiento. Se lavaba el cadáver y se le envolvía e n ropas. En tiempos del Nuevo Testamento se le ungía y envolvía en vendas especiales, poniéndole un sudario de lino.
A los pobres se les enterraba en una fosa común o en sencillas cuevas, mientras que los ricos tenían tumbas cavadas especialmente para ellos en las rocas, selladas con una piedra grande en forma de rueda. Esta fue precisamente la tumba en donde fue enterrado Jesús, la cual era propiedad de José de Arimatea.

 EL TRATO A LA MUJER

 La situación social en Israel y Palestina era patriarcal. La familia hebrea era grande en número. La poligamia, aunque lícita en los casos en que la esposa era estéril, solamente estaba al alcance de los ricos. En la casa familiar vivían, además del marido, la esposa principal y las secundarias, los hijos e hijas de todas ellas, juntamente con los criados y esclavos.
Al conjunto familiar se le denominaba casa del padre, que era donde el gobernaba como señor absoluto y era el dueño y responsable de los bienes familiares. Los hijos varones eran sus herederos, mientras que las hijas aumentaban el patrimonio familiar con la dote o precio que los pretendientes pagaban al padre al comprarlas.
 El padre era el único que tenía el derecho de disponer, dar órdenes, castigar, pronunciar oraciones, bendecir los alimentos y ofrecer sacrificios, además de ser el maestro de sus hijos. Como madre, la mujer era respetada y reverenciada porque los hijos son regalo y bendición de Dios, sobre todo si estos eran varones.
Pero a pesar de ello, la mujer era diferente al varón en la cultura judaica y hebrea. La mujer judía en tiempos de Jesús era considerada inferior al hombre por tener menos ventajas que el varón. Existía en aquel entonces una expresión que se repetía frecuentemente, y que decía: „mujere s, esclavos y niños?. Como el esclavo judío y el niño menor de 13 años, la mujer se debía por completo a su dueño y señor: al padre, si es soltera; al marido, si es casada; al cuñado, si es viuda sin hijos (Deuteronomio 25:5-10). Si la mujer era soltera, estaba bajo la tutela de su padre y sólo é l tenía la autoridad para casarla. Sin embargo, el padre solamente podía hacerlo si ella daba su consentimiento explícito, decidiendo a quien quiere por esposo, lo cual estaba protegido por la Ley judía: "Tiene el hombre prohibido casar a su hija cuando es menor, hasta que crezca y diga a fulano yo quiero" (Talmud Babilónico, Tratado de Kidushin 81b.)
 Cuando ella se casa, el marido es el dueño de la mujer y ésta no puede disponer ni de los ingresos de su trabajo, ni de lo que pudiera llegar a encontrar. La mujer no recibía instrucción religiosa ya que se suponía que era incapaz de comprenderla. Las escuelas eran solamente para varones. Además, las mujeres no podían ser testigos en un tribunal, ya que se pensaba que su testimonio carecía de valor por su inclinación a la mentira, argumentación que los judíos consideraban apoyada en el libro del Génesis: "Sara negó „no me he reído?. Pero Aquel dijo: „no digas eso, que sí te has reído" (Génesis 18:15). En las grandes casas de las ciudades y entre las familias acomodadas, la mujer permanecía en el gineceo, la parte de la casa destinada a las mujeres, y sólo podían mostrarse en público con la cara tapada, cubierta con dos velos atados en la cabeza, para que no se pudieran distinguir los rasgos de su rostro.
En los pueblos y entre las familias sencillas existía menos rigor en este aspecto. Las reglas de educación prohibían encontrarse a solas con una mujer, sobre todo si ésta era casada; incluso mirar a una mujer casada o también saludarla. Una mujer no debía estar sola trabajando en el campo, sino que lo normal es que trabajaran juntas tres o más de ellas. Lo mismo ocurría cuando tenían que ir al pozo a buscar agua. La esposa o las hijas tenían el deber de lavar al padre su cara, manos y pies. Pero el judío varón no podía exigir esto a otro hombre, ni siquiera a un esclavo judío; solamente a un esclavo no judío.
 Las mujeres judías eran consideradas impuras durante el tiempo de la menstruación y ni tan siquiera se las podía tocar. Después del parto tenían que ofrecer un sacrificio en el Templo para ser purificadas.
Cuando había un banquete en la casa, las mujeres no tomaban parte en el mismo y ni tan siquiera podían servir la comida, ya que se temía que escuchasen las con versaciones y no fuesen discretas. Únicamente se les permitía asistir a la cena del sábado y al banquete de Pascua.
Si alguna mujer casada preguntaba alguna cosa, se le debía responder lo más brevemente posible. Todo esto estaba amparado por una cita bíblica: "Jamás te siente s junto a una muje r casada, ni bebas vino con ella en la mesa, no sea que tu corazón se enamore de ella y tu pasión te lleve a la ruina" (Eclesiástico 9:9).
 EL DIVORCIO, DERECHO DEL MARIDO
Solamente el marido tenía derecho a romper el matrimonio exigiendo el divorcio; era un derecho arbitrario y caprichoso. Si una mujer salía a la calle sin cubrirse la cabeza, ofendía hasta tal punto las buenas costumbres que su marido tenía el derecho y hasta el deber, desde el punto de vista religioso, de echarla de la casa y divorciarse de ella sin estar obligado a pagarle la suma acordada en el contrato matrimonial.
 La mujer judía que perdía su tiempo en la calle hablando con unos y otros, o la que se ponía a hilar en la puerta de su casa, podía ser repudiada por su marido sin compensación económica alguna. Incluso cuando a la esposa se le quemara la comida, podía ser repudiada por el esposo, según manifestaba el rabino y maestro judío Hillel el Viejo o el Sabio (70 a.C. al 10 d.C.). Otro motivo podía ser que el marido descubriera algo torpe en su esposa, lo cual le daba la libertad para buscar otra más joven y adquirirla.
Si la novia tenía relaciones con otro hombre era considerada una adúltera y su castigo era la lapidación. Si la adúltera era una mujer casada, el castigo que se le reservaba era el de la estrangulación. Pero para el hombre no había castigo alguno. En la mujer sólo veían superficialidad, sexo y peligro, por lo que siempre trataban de guardarse de ella.
 LA MUJER JUDIA Y EL CULTO RELIGIOSO

 En la parte posterior del Templo existía un patio reservado únicamente para las mujeres judías, en donde no había ningún tipo de contacto con hombres y donde ellas no eran tomadas en cuenta. Sólo se celebraba el culto en la Sinagoga cuando estaban presentes un mínimo de diez hombres, y jamás se contaba con las mujeres, por muchas que estuvieran presentes.
 Las mujeres estaban exentas de peregrinar a Jerusalén en las grandes fiestas del año, a lo cual sí estaban obligados los varones; los que vivían lejos de Jerusalén debían acudir al Templo por lo menos en una ocasión al ano.
 Ellas ni tan siquiera eran aptas para pronunciar la acción de gracias en las comidas, pero sí estaban obligadas a cumplir con todas las prohibiciones de la Ley religiosa, así como a cumplir con todo rigor la legislación civil y penal.
La conciencia de la superioridad religiosa masculina estaba muy extendida en tiempos de Jesús y de las primeras comunidades cristianas, no sólo entre los judíos, sino también entre griegos y romanos. El hombre griego estaba agradecido a los dioses por la suerte de haber nacido humano y no bestia, griego y no bárbaro, libre y no esclavo, hombre y no mujer.
Y entre los judíos corría un dicho que decía: „Bienaventurado aquel cuyos hijos son varones, y ay! de aquel cuyos hijos son hembras?. En la oración que los judíos de la época de Jesús hacían en la Sinagoga, por tres veces el hombre judío agradece a Dios el hecho de que no le hubiera creado pagano, esclavo o mujer. Así consta en este comentario judío: "Rabí Yehuda dice que deben decirse tre s plegarias cada día: bendito sea Yahvé, que no me ha hecho pagano; bendito sea Yahvé, que no me ha hecho mujer; bendito sea Yahvé, que no me ha hecho ignorante?. En la lengua en que fue escrito el Antiguo
 Testamento, el hebreo, las palabras piadoso (hasid), justo (saddiq) y santo (qados), no tienen equivalencia en femenino.
 LA EDUCACION Y LA JUSTICIA
 En tiempos del Antiguo Testamento no existían escuelas para los niños de la gente común y sencilla. Sus padres debían enseñarles las ocupaciones corrientes, y también explicarles la Ley y los festivales religiosos.
En tiempos de Jesús la educación de las niñas estaba enteramente en manos de su madre, pero cada varón asistía a la escuela de la Sinagoga a partir de los seis años. El Antiguo Testamento era su único libro de texto mientras aprendían la historia, geografía y literatura, así como la Ley de su pueblo. Si el niño era lo suficientemente inteligente y contaba con los medios necesarios, podía enviársele a Jerusalén a sentarse a los pies de algún rabino famoso para asimilar su enseñanza.
Además del conocimiento de la Ley, el niño judío debía aprender algún oficio. Tanto esto como el significado de las fiestas era tarea de su padre.
 Cuando el muchacho cumplía los trece años llegaba a su Bar Mitzvah, o sea que pasaba a ser un hijo de la Ley, y a efectos religiosos era considerado ya un hombre. Reunía las condiciones necesarias para ser incluido en el Minyau, el grupo mínimo de diez hombres imprescindibles para celebrar la asamblea en una Sinagoga. Al siguiente sábado el muchacho leía una porción de la Ley en hebreo y recibía la bendición del rabino principal.
En aquella época no existía en Israel una marcada separación entre la ley civil y la religiosa. Los sacerdotes levitas y los ancianos cumplían el mismo propósito y participaban en la administración de la justicia.
 En la puerta de la ciudad o del pueblo se ventilaban los procesos legales y se juzgaban los casos. La Corte Suprema en tiempos neotestamentarios era el Sanedrín. Este cuerpo de 70 hombres se reunía en el Templo.
 Las autoridades romanas les permitían emitir la sentencia sobre cualquier tema bajo la ley judaica, menos la pena de muerte ni en aquellos casos regidos exclusivamente por la ley romana. Las querellas locales las resolvían siempre los ancianos en la puerta de la aldea, tal como se indicó anteriormente.
LA VIDA RELIGIOSA

La vida religiosa de Israel estaba centrada primero en el Tabernáculo y luego en el Templo, y se regía por los reglamentos que imponía la Ley con respecto a las ofrendas y los sacrificios, así como acerca de las grandes festividades anuales.
Las seis grandes festividades anuales eran las siguientes: La primera del año era la de P urim o de las suertes, celebrada en torno a nuestro primero de marzo en conmemoración de la liberación de los judíos de manos de Hamán, según narra el libro bíblico de Esther.
La segunda era la P ascua, celebrada el 14 de Nisán, cerca de nuestro inicio de abril, en memoria de la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto.
 Su importancia era tal que los romanos solían liberar un preso en esa fecha, de acuerdo a la voluntad del pueblo, como fue el caso de la liberación de Barrabas.
 A continuación de la Pascua, y en asociación con ella, tenía lugar la celebración de la Fiesta de los P anes sin levadura, con una duración de siete días seguidos.
En tercer lugar los judíos celebraban la festividad de P entecostés, que tenía lugar cincuenta días después de Pascua, cerca del final de mayo. Se conmemoraba en ella la entrega de la Ley a Moisés, así como la sie ga del grano del que se ofrecía en el Templo.
A continuación nos encontramos con el Día de la Expiación, que en realidad consistía más en un ayuno que en una fiesta. Era el único día en que el Sumo Sacerdote podía entrar en el Santísimo para ofrecer incienso y rociar la sangre de los sacrificios.
Tras realizar estos actos se soltaba un macho cabrío al desierto que llevaba, simbólicamente, la culpa de la nación, y se sacaban fuera de la ciudad los restos de los animales sacrificados en holocausto. Durante el día se ayunaba y oraba de manera especialmente solemne.
 Cinco días después tenía lugar la fiesta de los Tabernáculos o Cabañas, cercana a nuestro primero de octubre. Se conmemoraba con ella la protección de Dios sobre Israel mientras vagó por el desierto a la salida de Egipto y servía asimismo para dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas durante el año. Durante esta festividad era costumbre que la gente viviera en cabañas improvisadas, situadas a no más de una jornada de sábado de Jerusalén, en recuerdo de la experiencia pasada por Israel.

Los dos actos religiosos principales eran el derramamiento de una libación de agua, realizada por un sacerdote usando una jarra de oro con agua del Estanque de Siloé, y la iluminación del Templo mediante cuatro enormes lámparas que se situaban en el patio de las mujeres. Finalmente nos encontramos con la Fiesta de la Dedicación, aproximadame nte a mediados de nuestro mes de diciembre, y que conmemoraba la restauración y rededicación del Templo realizada por Judas Macabeo. Durante esta fiesta era común leer los libros I y II de los Macabeos.
 EL TEMPLO Y LA SINAGOGA
 Entre el final del Antiguo Testamento y comienzos del Nuevo, hubo un marcado desarrollo de la vida religiosa formal de los judíos.
El culto regular se celebraba ahora en la Sinagoga local, práctica que nació en los días del Exilio, cuando no había Templo.
El rabino principal de la Sinagoga era elegido por los ancianos del pueblo. En algunos de los servicios de Templo, como en las festividades del Ano Nuevo judío (Rosh Hashana) y el Día del perdón (Yom Kipur) se escucha el sonido de shofar en el momento de los rezos. El servicio seguía un modelo guiado por las oraciones y lecturas de la Ley y de los Profetas.
 Luego seguía el sermón y un espacio en el cual los hombres podían hacer preguntas al Rabino. Detrás del pulpito había un recinto cerrado con una cortina, donde se encontraba el Arca de los rollos sagrados que sólo los doctores de la Ley podían abrir.
Los lectores se sentaban entre el recinto y el pulpito, de cara a la congregación, junto con los principales maestros, quienes se sentaban en asientos levantados conocidos como Cátedras de Moisés.
Cuando era posible se hacía una visita al Templo de Jerusalén, el cual había sido ya reconstruido por Herodes. El Templo seguía la estructura básica del de Salomón, pero de dimensiones mucho más grandes. Básicamente era un recinto abierto y vasto, dividido en atrios por una serie de murallas. Los no judíos estaban limitados al atrio o patio exterior, que también servía de acceso desde y hacia la ciudad, así como también era usado a modo de mercado de ganado y de cambio de diNERO
Los judíos podían entrar a los atrios centrales y observar los sacrificios desde un atrio cercano al de los sacerdotes, pero las mujeres se mantenían a distancia, en su propio atrio.
El sacerdote podía considerarse afortunado cuando le concedían el permiso, una vez en toda su vida, para ofrecer incienso en el lugar santo, el edificio mas recóndito de recinto del Templo. 

CONCLUSION

La historia de la Biblia se desenvuelve en un ambiente tradicional de vida familiar y rural que permaneció inmutable a lo largo de los siglos.
 El esfuerzo de los arqueólogos y de los expertos en los diferentes aspectos de la vida cotidiana de aquella época, ha contribuido enormemente a nuestro conocimiento de la humanidad en la época bíblica, así como los hallazgos de documentos en Qumran (Israel) y en Nag-Hammadi (Egipto). No obstante, cualesquiera que sean los hallazgos y su significado, desafortunadamente la conclusión final es la misma.
 Las pericias, hábitos, cultura y labores del ser humano, grandes o pequeñas, no han logrado mejorar su naturaleza. Han aparecido grandes civilizaciones, pero el hombre, en su vida diaria, así como sus aspiraciones, temores y anhelos, tanto personales como colectivos y también religiosos, parecen ser siempre los mismos.
El mensaje divino de fe y renovación era tan intenso y necesario en tiempos de Abraham y de David como sigue siéndolo hoy mismo. Sin embargo en cada uno de nosotros está la posibilidad del cambio de vida personal. Sólo de nosotros mismos depende el conseguirlo.

SERMONES: PASTOR PEDRO GARCÍA.

Cuando Dios abre, ¡Nadie cierra!
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre dice esto... Apocalipsis 3:7 

INTRODUCCION: Un cierto hombre de negocios muy prominente de Nueva York, perdió una gran parte de su caudal en la bolsa y decidió irse al estado de California a empezar un pequeño negocio con lo poco de capital que le quedaba. Compró algunas hectáreas de terreno y después de muchos trabajos logró ponerlo en condiciones para sembrarlo. Para poder irrigarlo tuvo que hacer un canal en la construcción del cual se le fue todo su dinero.
Uno de tantos días, vino una tempestad que le inundó todo el terreno y desbarató completamente el canal que estaba en construcción. Todos lamentaban la pérdida total de aquel hombre y él también. Por un momento de desesperó; pero, ¿cuál no sería su sorpresa cuando el agua bajó y notó que había abierto un hoyo profundo, encontrando una riquísima veta de oro completamente descubierta? Así pues, lo que todos habían considerado como una calamidad se había vuelto en salvación. ALELUYA!
Con esta ilustración quiero dar inicio a mi sermón con el firme propósito de revelar a través de las escrituras, que el propósito de Dios se cumplirá en ti, para lo cual él te ha diseñado.

 El Señor cumplirá su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos.(Salmos 138:8).

 Me propongo animarlos a volver a comenzar, si creen que no pueden lograr sus objetivos, sus propósitos, si creen que no pueden lidiar con sus matrimonios, si creen que las deudas los atormentan, si creen que han fracasado, que no hay salida, vuelvan a empezar, no se den por vencidos!


 En este sermón lo dividiré en tres principios esenciales , que creo los llevaran a levantarse de la pesadilla en las que muchos han vivido, a través de los años. Soy de los que creen que es posible, que se pueden construir sueños, uno a la vez, sin detenerse sin mirar al pasado.
 1. Principio: procesados para volver a empezar. 2. Principio: la ayuda viene de arriba. 3. Principio: la puerta se abre.

 1. Procesados para volver a empezar. Las escrituras dan luz de los diversos procesos que pasaron los hombres de Dios y aunque fallaron, aunque cayeron, aunque dudaron, nunca se rindieron. En los estudios bíblicos basados en el libro de Jueces encontramos la historia de Gedeón, quien fue escogido por el Señor para librar a su pueblo de los madianitas, que los extorsionaban, y los despojaban de sus alimentos.

 (Jueces 6:2-5). Los madianitas oprimieron a Israel, y para librarse de ellos, los israelitas se hicieron escondites en las cuevas de las montañas, en las cavernas y en los lugares escarpados. 3 Cada vez que Israel sembraba, venían los madianitas, los amalecitas y los Orientales, y los invadían. 4 Acampaban frente a ellos y destruían los productos del suelo hasta los confines de Gaza. No dejaban víveres, ovejas, bueyes ni asnos en Israel, 5 porque subían con su ganado y sus tiendas de campaña, y eran numerosos como langostas. Tanto ellos como sus camellos eran incontables, y entraban en el país para devastarlo. 6 Israel quedó muy debilitado a causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor. 


Tremenda tarea para un hombre común, sin ninguna experiencia, ni nada por el estilo, CON UN EJERCITO PEQUEÑO.. Se enfrentaría a un ejército atroz y sin misericordia, además de numeroso.
 De inmediato lo embarga la duda, al igual que la gran mayoría de los hombres de Dios de esa época y pasadas. Y se le ocurre la idea de probar con algunas señales, si en verdad era Dios que le hablaba. similar a mucho de nosotros los creyentes en Cristo que viendo la realidad, la misericordia de a Dios nuestro favor, dudamos y nos convertimos en personas de doble animo. Lo que da pie a nuestra perdida de esperanza, en el que dijo que iba a abrir puertas a nuestro favor, y créanme que en medio de cualquier circunstancia él las abrirá. (Números 22:19).


 Los estudios bíblicos y predicas cristianas no enseñan que Gedeón no se rindió, las señales fueron contestadas, y eso dio paso a su gran victoria con solo 300 hombres. ¡Aleluya!.

 Dios abrió las puertas y el enemigo por medio de ese pueblo hostil, no pudo cerrarlas. Lo que significa que habrá personas que te querrán detener, que te pondrán escollos de envidia, para que tropieces y te quedes en el suelo, pero se equivocan, no hay puertas que Cristo abra que alguien las cierre. Escúchame bien no las hay, no las ha habido, ni la habrá.

 En los estudios bíblicos y de las predicas cristianas aprendemos que en una ocasión el profeta Elías estaba pasando por un proceso de persecución por parte de Jezabel y Acab, el propósito de ellos era matar a los profetas de Dios, e imponer el orden idolátrico en esa nación.

1 Reyes 18:13 ¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve con pan y agua? Pero Elías tenía autoridad de arriba, y desafió a los baales que imperaban en ese reino, y fueron derrotados los 450. Dando por sentado que la autoridad que posee un hombre de Dios es superior a la del hombre común. Elías oro para que no lloviera y no llovió, oro para que volviera la lluvia y llovió de nuevo. Por la palabra de su boca, era un hombre que tenia la autoridad, de abrir las puertas que Dios había abierto a su favor y lo hizo, y ni Jezabel, ni Acab, ni ningún dios baal, pudieron cerrarlas, ¡santo! MOISES fue desterrado al desierto,creia  que iba a morir, que no iba a ser capaz de libertar al pueblo que Dios le había encomendado libertar.
 sufrió dificultades, hambre sed, calor incesante, todo estaba perdido, no había esperanza, estaba derrotado. Pero Dios le dio fuerza donde no había, lo levanto volvió en sí y se convirtió en el líder absoluto de Israel, hasta hoy.

Las puertas se abrieron y ninguna dificultad, ningún Faraón ni ningún desierto, pudo cerrarla. José preguntó: ¿Por qué estoy pasando por la cisterna? Y Dios le dijo: Porque vas rumbo al palacio y vas a ser primer ministro en Egipto. La vida es una escuela y todos los contratiempos que sufrimos son las clases que tomamos. Ellos (los profetas bíblicos) no se quedaron en su desierto, ellos no se sentaron a esperar a ver, que pasaba, ellos provocaron que algo pasara, cayeron, fueron perseguidos por la causa, pero se levantaron de las cenizas y volvieron a empezar.

 2. La ayuda viene de arriba. Filipenses 4:6-7 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús 

Este texto nos revela por medio del espíritu que las cosas que necesitamos están arriba, en el trono de la gracia, osea lo que podamos imaginar que sea de provecho para nosotros viene de arriba, del padre de las luces en el cual no hay cambios ni sombra de variación.(Santiago 1:17). Si él prometió ayudarnos lo hará, si él prometió bendecirnos lo hará, si él prometió estar con nosotros todos los días lo hará, si él prometió abrirnos las puertas para entrar, él lo hará. No habrá nadie en la tierra ni en los cielos ni debajo de la tierra que lo impida. Así que no os preocupéis por lo que ha de comer o vestir el padre sabe de que tenéis necesidad, así que tengan paz, ¡no se desanimen! ¡Avancen por mas! Su ayuda viene en camino. La viuda tenía una gran dificultad, lo había perdido todo y estaba a punto de perder lo que le quedaba, su único hijo, de repente vino un profeta enviado de arriba (Eliseo) con una orden especial, encárgate de las necesidades económicas de esa viuda, págale sus deudas, dale refrigerio, y ella tendrá paz.(1 Reyes 4:7)

Cuando ella le contó al hombre de Dios lo que había sucedido, él le dijo: «Ahora vende el aceite de oliva y paga tus deudas; tú y tus hijos pueden vivir de lo que sobre». ese Dios que suplió a la viuda también lo hará por ti, ese Dios que trajo paz a esa vida lo hará por ti, tus deudas serán pagadas, tus problemas tendrán solución, así que no temas ni desmayes el Dios que bendijo ayer lo hará hoy, el que ayudo ayer lo hará hoy también, ¡su ayuda viene en camino!

 3. La puerta se abre.

 Juan 10:9 - Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Tremenda palabra del maestro! Utilizando un simbolismo excepcional, la puerta. Abierta, de par en par, para todo el que quiera ser feliz. Para los que quieran descansar en su presencia, para los que no tengan esperanza, para los que están abatidos por el diablo. Jesús es la puerta exacta, el es el ebanista que la construye, para que entremos y hallemos paz, en medio de la tormenta del problema, de la dificultades, El es la puerta es por esa puerta y no otra la que debemos entrar, aprovechar que está abierta para todo el que cree, para los enlutados, para los afligidos, para lo presos, para los muertos que quieran cobrar vida, el que entra por otra puerta es ladrón y salteador, no crea tal que hallara salvación si lo hace, no crea que vivirá, no crea que será feliz, no crea que tendrá paz. Por ahí solo hallara destrucción repentina, en el momento que menos lo espere, así que les exhorto, a que lo hagan por Cristo en ninguno otro hay salvación porque no hay otro nombre(otra puerta), dado a los hombres en que podamos ser salvos.


 Las puertas están abiertas pronto habrá una boda y todos están convidados, no se permite entrar por la parte trasera, hay un abismo en ella que lleva a otro lugar que no es la boda (el que lee entienda). Así que sean astutos como la serpiente y mansos como paloma, entren, entren! la puerta está abierta entren antes que sea tarde y no puedan comprar aceite, no permitan que venga el esposo y no encuentre a nadie listo para casarse, el tiempo apremia, ya no más dificultades ya no más excusas, ya no más dolor, ya no mas despereza, quiten el ropaje viejo y desaliñado de su vida y vístanse de novia ataviada, ya el novio abrió las puertas, que esperan? entren porque si se quedan lamentaran haberlo hecho. Un final desastroso les espera si no pueden entrar a la boda, será el lloro y el crujir de dientes, lamentos, destrucción y muerte eterna, yo ustedes y me apercibo, me preparo, ciño mis lomos y vuelvo a empezar. Con mas bríos, con mas fe, con un motivo para triunfar, con un plan para entrar a la puerta, con nuevos motivos para sonreír, el futuro será mejor, creo que este es el tiempo aprovéchalo.

 Conclusión: Sé que los días son malos. Sé que hay una puerta abierta a tu favor, tengo a alguien que me amo primero, y me ha prometido que no me dejara ni me desamparara, y bajo esa premisa viviré, y triunfare. Nadie me podrá hacer frente, en todos mis días. Así como Dios estuvo con Pablo, así estará contigo. Así como estuvo con Moisés, estará contigo te esforzara y actuaras. ¡Es tu tiempo! ¡Está abierta la puerta!