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miércoles, 26 de noviembre de 2014

LEY O LA GRACIA,DONDE ESTAMOS?

 ESTE AL IGUAL QUE MUCHOS TEMAS BÍBLICOS,SON DESDE EL INICIO DE LA ERA CRISTIANA,CONTROVERSIALES. 

 EN ESTE ESTUDIO TRATAREMOS EL TEMA,DEJANDO SIEMPRE QUE LAS ESCRITURAS ARROJEN LUZ .

.¿Qué enseñó Pablo acerca de la ley y la gracia?”. La respuesta a esta pregunta es que Pablo enseña lo mismo que nuestro Salvador sobre la ley, es decir, reconoce que Dios aún espera que obedezcamos sus mandamientos.

 Esto no contradice la existencia de la gracia, la clemente generosidad de Dios que entrega por su bondad y sin importar el mérito de quien la recibe.

Dios está dispuesto a dar su gracia a todo el que se arrepienta (rechace el pecado). 
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.

 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo” (Gálatas 1:6-7).

El libro de Gálatas corrige el error de creer que la salvación podía ganarse por medio de alguna fórmula legalista. No era un argumento para demostrar que el creyente no tenía que guardar la ley de Dios

.Gálatas 2.16 (BSO)

16 Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado.


Gálatas 2.19 (TLA)


19 Para la ley estoy muerto, y lo estoy por causa de la ley misma. Sin embargo, ¡ahora vivo para Dios! 


Gálatas 2.21 (NVI)
21 No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano.


Gálatas 3.2 (RV1909)

2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír de la fe? 


Gálatas 3.5 (RV1909)

5 Aquel, pues, que os daba el Espíritu, y obraba maravillas entre vosotros ¿hacíalo por las obras de la ley, o por el oír de la fe? 


Gálatas 3.10–13 (RV1909)

10 Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

11 Más por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá. 

12 La ley también no es de la fe; sino, El hombreque los hiciere, vivirá en ellos.

 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 


Gálatas 3.17–19 (NTV)
17 Lo que trato de decir es lo siguiente: el acuerdo que Dios hizo con Abraham no podía anularse cuatrocientos treinta años más tarde —cuando Dios le dio la ley a Moisés—, porque Dios estaría rompiendo su promesa. 

18 Pues, si fuera posible recibir la herencia por cumplir la ley, entonces esa herencia ya no sería el resultado de aceptar la promesa de Dios; pero Dios, por su gracia, se la concedió a Abraham mediante una promesa.

19 Entonces, ¿para qué se entregó la ley? Fue añadida a la promesa para mostrarle a la gente sus pecados, pero la intención era que la ley durara sólo hasta la llegada del Hijo prometido. Por medio de ángeles, Dios entregó su ley a Moisés, quien hizo de mediador entre Dios y el pueblo. 


Gálatas 3.21 (DHH - LA)


21¿Acaso esto quiere decir que la ley está en contra de las promesas de Dios? ¡Claro que no! Porque si la ley pudiera dar vida, entonces la justicia realmente se obtendría en virtud de la ley[7]


Gálatas 3.23–24 (DHH - LA)

23Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. 24La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia[8]


Gálatas 4.4 (BTX)

4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, [9]


Gálatas 4.5 (BTX)

5 para que redimiera a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. [10]


Gálatas 4.21 (BTX)
21 Decidme, los que deseáis estar bajo la Ley: ¿No ponéis atención a la Ley? [11]
Gálatas 5.3 (LBLA)


3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley. [12]


Gálatas 5.4 (LBLA)

4 De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley; de la gracia habéis caído. [13]
Gálatas 5.14 (LBLA)


14 Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. [14]

Gálatas 5.18 (LBLA)

18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. [15]


Gálatas 5.23 (LBLA)

23 mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. [16]


Gálatas 6.13 (NVI)

13 Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que quieren obligarlos a circuncidarse para luego jactarse de la señal que ustedes llevarían en el cuerpo. [17]


Gálatas 6.2 (RV1909)

2: Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo. 

Ningún ser humano, excepto Jesucristo, ha obedecido perfectamente las leyes de Dios.

 Ir en contra de la perfecta y santa ley de Dios crea una barrera entre nosotros y nuestro santo Creador.

 Su justicia perfecta no puede coexistir con la vil corrupción del pecado. Si alguna vez vamos a gozar de la relación de familia que Dios tanto desea, la horrible mancha del pecado debe ser removida.

 Si bien la ley define el pecado, y nos muestra claramente qué acciones están bien y qué acciones hay que evitar, el guardar la ley—aun guardándola perfectamente—no puede remover el castigo por nuestros pecados pasados para reconciliarnos con Dios.

 Nosotros somos salvos “para” buenas obras, no “por” buenas obras (Efesios 2:10).

 Colosenses 2:16-17  dice: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”.
Mt 5.17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

Mt 5.18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

Mt 7.12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Mt 11.13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.

Mt 12.5 ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa?


Mt 22.36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?


Mt 22.40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Mt 23.23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.

Lc 2.22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor

Lc 2.23 (Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor),

Lc 2.24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.

Lc 2.27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,

Lc 2.39 Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

Lc 10.26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?

Lc 16.16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

Lc 16.17 Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.

Lc 24.44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Jn 1.17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Jn 1.45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

Jn 7.19 ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?

Jn 7.23 Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?

Jn 7.49 Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.

Jn 7.51 ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?

Jn 8.5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?

Jn 8.17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.

Jn 10.34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?

Jn 12.34 Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?

Jn 15.25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.

Jn 18.31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;

Jn 19.7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.

Hch 6.13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley;


Hch 7.53 Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.


Hch 13.15 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.

Hch 13.39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.

Hch 15.5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron 
diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.

Hch 15.24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,

Hch 18.13 diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley.

Hch 18.15 Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas.

Hch 21.20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.

Hch 21.24 Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.

Hch 21.28 dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar.

Hch 22.3 Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.

Hch 22.12 Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban,

Hch 23.3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?

Hch 23.29 y hallé que le acusaban por cuestiones de la ley de ellos, pero que ningún delito tenía digno de muerte o de prisión.

Hch 24.6 Intentó también profanar el templo; y prendiéndole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley.

Hch 24.14 Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas;

Hch 25.8 alegando Pablo en su defensa: Ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra César he pecado en nada.

Hch 28.23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.

Ro 2.12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;

Ro 2.13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.

Ro 2.14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,

Ro 2.15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

2.17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,

Ro 2.18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,

Ro 2.20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.

Ro 2.23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?

Ro 2.25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.

Ro 2.26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?

Ro 2.27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.

Ro 3.19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

Ro 3.20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Ro 3.21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;

Ro 3.27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

Ro 3.28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Ro 3.31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.

Ro 4.13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

Ro 4.14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.

Ro 4.15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

Ro 4.16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros

Ro 5.13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.

Ro 5.20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;

Ro 6.14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Ro 6.15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

Ro 7.1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?

Ro 7.2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

Ro 7.3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

Ro 7.4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

Ro 7.5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.

Ro 7.6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

Ro 7.7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Ro 7.8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

Ro 7.9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

Ro 7.12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

Ro 7.14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

Ro 7.16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

Ro 7.21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

Ro 7.22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

Ro 7.23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Ro 7.25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Ro 8.2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Ro 8.3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

Ro 8.4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Ro 8.7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

Ro 9.31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.

Ro 9.32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

Ro 10.4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Ro 10.5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.

Ro 13.8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

Ro 13.10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.

La ley de Moisés fue dada en el monte de Sinaí (Éxodo 19 y 20). Dios entonces —quien apenas era conocido, por cuanto habitaba en densas tinieblas— estableció explícitamente Sus justas y santas demandas. 

Si los hombres obedecían, serían bendecidos; si desobedecían caían bajo la solemne maldición de la ley (Gálatas 3:10).

La ley, de hecho, fue quebrantada, y la maldición merecida antes del tiempo en que las tablas de piedra alcanzasen al pueblo (Éxodo 32). El capítulo siguiente nos dice cómo Dios trató en gracia con ellos.

Bajo la ley no mitigada por la gracia, ellos debían haber perecido de inmediato.

La gracia, por otro lado, significa que Dios se ha revelado plenamente a nosotros en su Hijo, y todas sus justas y santas demandas han sido satisfechas en la muerte y resurrección de Cristo, de modo que la bendición está abierta a todos.

 A todos los que creen se les otorga el perdón de pecados y el don del Espíritu Santo, de modo que hay poder para conformarlos a la norma, la cual, bajo la gracia, es nada menos que Cristo mismo.

La misma esencia de la ley es, pues, demanda; mientras que la esencia de la gracia es provisión.

Bajo la ley, Dios, por decirlo así, se presenta ante nosotros diciendo: «¡Dame, ríndeme tu amor y tu debida obediencia!». Bajo la gracia, en cambio, Él se presenta con las manos totalmente extendidas diciendo: «¡Toma, recibe mi amor y mi poder salvador!»
 La ley dice «Haz y vive»; la gracia dice «Vive y haz».



CONCLUYO DICIENDO:


 QUE EN TIEMPOS DE CRISTO SE VIVÍA POR LEY,CRISTO ES EL CUMPLIMIENTO DE ESTA.

 AHORA VIVIMOS EN LA EPOCA NEO -TESTAMENTARIA BAJO LA GRACIA SALVADORA DE CRISTO:

(EFESIOS 2:8) porque por gracias soy salvos,no por obras(de la ley) para que nadie se glorie.(parafraseado).

La gracia de Cristo nos dio acceso al padre,la ley nos corrigió,para que no nos desviásemos!!

SHALOM, ADONAY!!!!

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